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Francisco Marín L.

Entrevista a José "Pepo" Azócar


Tenor José Azócar

En una soleada tarde de febrero, nos reunimos con el tenor José "Pepo" Azócar, uno de los grandes protagonistas de los últimos 30 años del Teatro Municipal de Santiago. Su aparición en la escena lírica, a fines de la década de los 80', fue una revelación que ningún apasionado a la ópera dejó indiferente. En 1988 cantó por primera vez un rol protagónico: Fausto en la ópera "Mefistofele" de Boito. Desde ese momento no ha desaparecido de la escena lírica local, con notables participaciones en el extranjero, en especial Europa y Latinoamérica.

Según nos contó, su vida ha estado siempre ligada al canto, pese a que en su casa no se escuchaba mucha música. Su madre cantaba canciones populares con una hermosa voz, y el hermano de ella, es decir el tío de José, era un gran tenor, quien podría incluso haber hecho una carrera. Ambos hermanos cantaban usando una impostación natural, no estudiada.

Sus primeros años los pasó La Calera, donde nació. "Hay mucha gente que cree que soy de La Serena, pero nací en La Calera, donde pasé mi primera infancia. Hice la educación media en Santiago y después fui a La Serena, que consideró mi segunda ciudad. Ahí estudié música y conocí a mi esposa. Empecé a estudiar en 1982. En 1987 ingresé al Coro del Teatro Municipal y un año después estaba cantado Fausto del "Mefistofele". Todo pasó increíblemente rápido."

¿Cómo llegaste al canto y a la ópera?

"Desde muy joven canté siguiendo un buen referente y de quien aprendí mucho: Nino Bravo. Él era tenor a quien podía, en cierta forma, imitar."

"Luego estudié música, pero mi idea era ser un baladista popular, ése era mi sueño." En un concurso en televisión, José conoció a un productor musical llamado Leo García. Él lo hizo debutar en un restaurant que ya no existe: el "Steakhouse", cerca del Teatro Municipal. Su repertorio estaba basado en canciones populares como "Júrame", "Granada" y temas de Nino Bravo. "Coincidió que mientras yo me presentaba en ese lugar, en octubre de 1986, fueron a comer ahí personas del Teatro Municipal. Entre ellas, Nancy Vargas, una soprano del coro. Al finalizar mi presentación, Nancy se acercó para decirme que mi voz era para la ópera, no para lo popular. Dijo, con mucha seguridad, que llevaba años escuchando voces y sabía lo que hablaba. Me dio el número del maestro Jorge Klastornick, director del coro, porque se iban a abrir unos cupos para cantar ahí, justamente para voces de tenor como yo. Me habló de cosas nuevas, de la posibilidad de tener un sueldo estable y de audiciones para cantar óperas en ese escenario."

"Todo lo que me decía me parecía maravilloso, un sueño."

José Azócar audicionó para entrar al coro en marzo de 1987 y en abril de ese año ya pertenecía a esa institución. En el Coro del Teatro Municipal, Pepo aprendió muchas cosas y profundizó otras. Conoció repertorio, trabajó técnica y teoría musical.

"Dai campi, dai prati", aria de la ópera "Mefistofele", del italiano Arrigo Boito, que darían el próximo año.Como siempre, en diciembre de ese año habría audiciones, esta vez para seleccionar solistas que cantarían algunos papeles en la siguiente temporada de ópera. Un integrante del coro, el barítono Patricio Arriaga, había escuchado a Pepo quedando impresionado con su voz. En junio de 1987, cuando Azócar llevaba poco tiempo trabajando en el Teatro Municipal, Arriagada invitó a Pepo a su casa a almorzar y practicar

"Estuve toda una semana yendo a casa de Patricio a practicar, no en voz aun, marcando, es decir sin forzar."

Es una aria difícil. Que se mantiene bastante en el pasaje. "Para mí entonces no lo era, aunque tenía cuidado. Cantaba con toda mi voz y afortunadamente nunca tuve pasaje." "Luego de una semana de practicar en casa de mi amigo, éste me dijo que quería escucharme, pero esta vez con toda mi voz." Lo hace. Al terminar de cantar con el Sib agudo final, Patricio Arriagada se agarraba la cabeza, Pepo pensaba que la había embarrado. "Me dijo: si tú lo haces como lo hiciste ahora en la audición, no menos que eso, me corto el brazo derecho, si no te dan el rol de Fausto de la ópera, así de seguro estaba. Dijo además que estudiara al revés y al derecho la ópera. Era Junio, tenía 6 meses, para practicar."

En ese momento, Pepo tenía 26 años.

Llegó diciembre y con ello el día de la audición. En ésta se encontraban presentes Andrés Rodríguez, director del Teatro Municipal; los maestros Eduardo Vila y Clara Oyuela; Jorge Klastornick y el anciano y entrañable maestro Florencio Zanelli, hermano de Renato y Carlos, dos de los más grandes cantantes que han surgido en Chile. Al cantar la expresión de todos era de incredulidad, comentaban entre ellos y no decían nada. Pepo no entendía lo que pasaba. "Me preguntaron si tenía maestro de canto, a lo que respondí que no y más sorprendidos quedaron. Dos días después me hacen audicionar la misma aria, pero esta vez había más gente. Hice incluso una tercera audición, porque, no se podían convencer. En la gerencia del teatro dijeron que me aprendiera el rol completo y una vez que lo hiciera volviera donde ellos." José estudia la ópera con Clara Oyuela. Desde la primera nota, hasta la última semicorchea. Estudia fonética, estilo. A finales de enero del año siguiente, es decir 1988, se acerca a la gerencia del Teatro Municipal para contarles que estaba listo, que ya había aprendido todo el papel, no sólo el aria. Pero le piden esperar un poco más.

Es así como pasan los meses sin que tuviera ninguna noticia.

"En ese tiempo no tenía la personalidad de ir a preguntar. Todos éramos más tímidos para esas cosas, aun estábamos en dictadura."

Pero una semana antes de que empezaran los ensayos de la ópera "Mefistofele", lo llamaron. "Es así como me presento al hoy tristemente célebre Matías Pérez, la persona a cargo. Me pide de pensarlo bien antes de firmar el contrato que ya tenía impreso sobre su escritorio, "Con esto usted se va a llenar de gloria o de otros cosa", me dijo. A lo que respondí: "me la he estudiado tan bien que de lo único que me llenaré es de gloria.""

"En el momento, por su puesto que tenía miedo, pero había estudiado mucho y creía en mí."

¡Ese "Mefistofele" fue un gran éxito personal! "Un éxito tremendo, la gente no tenia idea quien era yo y con quien había estudiado canto, cosa que jamás hice. Solfeo y teoría musical musical si estudié, pero no educación vocal.”

En noviembre de 1989 Pepo viaja a Montevideo a cantar la ópera "Tosca" de Puccini, invitado por el director de orquesta uruguayo Miguel Patrón Marchand, a quien refiere como gran persona y de quien dice aprendió mucho. De esta forma, empieza la carrera internacional de José Azócar.

En septiembre de 1991 llega a la prestigiosa Escuela Juilliard de Nueva York como alumno becado, un privilegio de pocos. En ese momento ya había cantado en 5 óperas como solista en el Teatro Municipal, mientras aun pertenecía al coro. La primera profesora que tuvo en Estados Unidos, había trabajado también con Verónica Villarroel: la maestra Marlena Mallas. Recién llegado, para que su profesora lo conociera, Pepo le canta dos difíciles arias. "Tombe degli avi miei" de "Lucia di Lammermoor" de Donizetti y "Ah mes amis" de "La hija del regimiento" del mismo compositor, aria que en su parte final tiene nueve Do sobreagudos, un desafío técnico que no todos pueden realizar de buena manera. Al terminar, la maestra habla con Pepo, le hace notar que, según ella, estudiando en la Juilliard estaba perdiendo su tiempo, dice que lo creía que estaba listo para una gran carrera.

"Según ella, yo sólo tenía que hacer repertorio, es decir estudiar roles y saber elegirlos. Ponerme a cantar."

Un mes después, en octubre de 1991, la maestra Mallas le cuenta a José que vendría Pavarotti de quien era muy amiga. Le pregunta si le interesa hacerse escuchar por el famoso tenor italiano. Tenían derecho los alumnos que estaban por egresar, pero pese a que él llevaba sólo un mes ahí, ella cree que lo podría hacer bien. José decide cantar frente al famoso tenor. José canta las mismas dos arias con que se presentó en la Juilliard. Es así como canta "Ah, mes amis". Una de las arias favoritas de Pavarotti, y también suya. "Al cantarle reventé el teatro con los Do, Pavarotti hacía con la mano como si hiciera un gol. Al terminar, le pregunté si había algo que me pudiera decirme, a lo que me respondió: nada, está perfecto." Poco tiempo después, en octubre de 1992, José quedó seleccionado para la final del concurso Luciano Pavarotti en Philadelphia. Como siempre comenzó con el aria de Lucia di Lammermoor: "Tombe degli avi miei, para pasar al aria de "La hija del regimiento"." "Del aria de "La hija del regimiento" sólo canté la parte final, con los 9 do. En la última de estas notas agudas, Pavarotti empezó a tomarme el tiempo, contando con los dedos. Fue muy extraño, sentí rabia, lo sentí arrogante y me enojé. Me miró con odio, si hubiera tenido un revolver creo que me disparaba. Al otro día me echaron del concurso. Pero yo siempre digo que creo ser el único tenor que le movió el piso y lo hizo enfurecerse." En ese concurso, José conoce a un agente austríaco quien lo hace trabajar mucho. En España, Alemania, con notables presentaciones en lugares tan apartados como Pretoria en Sudáfrica. En Barcelona actúa en una versión en concierto de "Lucia di Lammermoor" junto a Alfredo Kraus, Edita Gruberova y Joan Pons. Siendo todos dirigidos por Richard Bonynge; cuatro estrellas de la ópera. Inicialmente la obra estaba pensada para ser escenificada en el Teatro Liceu, pero pocos meses antes dicho teatro había sufrido un catastrófico incendio. Además, se presenta con frecuencia en Alemania, en teatros tan importantes como la Staatsoper de Berlín, con notables resultados.

Me llegaron comentarios de personas que te vieron actuar en Berlín. No entendían por qué no habías vuelto a cantar ahí.

"Hubo algunos desencuentros con el agente, por esa razón no volví a Alemania. Después empecé a cantar mucho acá en Sudamérica: Brasil, Uruguay, Perú, Argentina y obviamente en Chile; centré mi carrera aquí. En el Municipal canté por última vez cuando hicimos Aida hace un par de años. "Espero volver a cantar en el Municipal, tengo mucho repertorio dramático, me faltan algunos títulos que aun no he hecho, pero son los menos. Me he pasado por los roles dramáticos, incluido el Otello, con el cual me gané el premio de los críticos, y que canté también en La Plata el 2015, junto al gran barítono Fabián Veloz y Paula Almenares, soprano muy cotizada allá. Siempre esperando la oportunidad de volver a mi teatro, que adoro y que me vio nacer. De los roles dramáticos que has afrontado en este último tiempo, ¿cuál o cuáles te gustaría agregar a tu repertorio¿ "Me han hablado mucho de Wagner y creo ahora estoy en condiciones de hacer prácticamente cualquier rol de ese compositor.

¿Alguna ópera de Wagner en que te gustaría cantar especialmente? "Tannhauser, Tristan, Siegmund..." La dificultad añadida, además de varias otras, está también la duración de la obras. "Sí, pero con los años tengo experiencia y resistencia. Además la técnica, que en mi caso es buena, puede sustentarte para durar estar cantando dos horas o más. Una vez que las cuerdas se calientan, usando buena técnica, no hay ningún problema."

En 2015, en el Teatro Municipal de Santiago, Pepo interpretó a Turiddu y Canio de las ópera "Cavalleria Rusticana" de Mascagni y "Pagliacci" de Leoncavallo; ambos roles en una misma noche. En esos mismos días tuvo que, por razones de fuerza mayor, cantar además una función de Otello, en Montevideo.

"Turiddu de Cavalleria lo usé para calentar los motores para el Canio de Pagliacci, que es tremendo. Sé que probablemente no debí haberlo hecho, pero lo hice porque confiaba que mi voz y técnica me lo permitirían. Además, por amistad con un bajo uruguayo: Ariel Cazes quien en ese momento dirigía el Sodre, hice una función en Uruguay de Otello un día sábado, siendo que el día antes tenía función de Cavallería y Pagliacci y el día después también. O sea canté 5 operas en 3 días, en dos países diferentes. Dormí prácticamente 10 horas en esas tres noches. Los colegas del coro no lo podían creer. Y mi voz estaba intacta. Hace 10 años atrás no lo hubiera hecho, pero con la experiencia y técnica no hay problema."

Cuéntanos acerca tus próximos proyectos

"Desde Marzo daré clases junto a mi querida amiga Cecilia Frigerio. Lo que me tiene muy entusiasmado"". Entre abril y mayo estoy invitado para hacer Pagliacci en el Teatro Regional de Rancagua, Canio es un rol que me encanta.. También seguiremos haciendo conciertos con dos colegas con quienes conformamos los tres tenores chilenos: Gonzalo Tomkowiak y Leonardo Pohl. Tenemos giras de varios conciertos en diferentes ciudades." "Afortunadamente, a través de los más de 30 años que llevo cantando, tengo mi voz intacta. hay roles que ya no puedo cantar por ser muy líricos, muy livianitos. Obviamente con los años la voz se ha vuelto más dramática, pero estoy con los agudos muy bien y la tesitura completa, sin problemas."

Hace poco, Azócar se atrevió con una de las cumbres del canto de tenor: la ópera Otello de Giuseppe Verdi. Fue el tercer chileno en cantarla en el Teatro Municipal de Santiago luego de que lo hicieran Renato Zanelli y Ramón Vinay.

"Mucha gente cree que Otello es demasiado dramático, y no es así. Tiene partes bastantes líricas y en piano. Antes del monólogo "Dio mi potevi", hay un do escrito "quella vil cortigiaaaana..." (canta). "Si un tenor no tiene la nota, la gente se pregunta ¡qué pasa aquí! Es una ópera que estudié sólo después de los 50 años. No creí que fuera conveniente hacerla antes, aunque me lo ofrecieron. Preferí esperar y ni siquiera la miré, no fui tan curioso para ni si quiera ojearla."

¿Tenías de todas formas la idea de que es una opera difícil?

"Sí, sobre todo por su tesitura. Al estudiarla, me sorprendí, no me entró de una. La estudié completa y al hacerlo la encontré muy extraña. Rompe todos los parámetros de lo que generalmente hace un tenor, ya sea en la parte musical y técnica. Tiene partes muy graves y muy agudas. Se me hacía como extraño. Tuve que acostumbrarme. Escuché una grabación, sólo una vez que la tenía ya aprendida. Después la dejé "reposar" como dos semanas. Una vez que la retomé, me enamoré de ella. Ojalá tenga la posibilidad de cantar más esta ópera. O hacerla como ópera concierto."


Ésa es una opción, que si bien no es ideal, serviría para aumentar la oferta musical

"Si, pero los que manejan eso obviamente le dan mas preponderancia al tema coral, obras como Carmina Burana que están siempre dando y que repiten."

Cambiando de tema, cuéntanos un poco más de tus clases con Cecilia Frigerio. "Ella trabajará educando voces femeninas y yo masculinas. Lo alumnos técnica vocal. Están dirigidas a gente que ya tiene un cierto nivel de estudio. Estilo, fonética (sobre todo italiana y francés) y repertorio." "Con el tiempo se puede ver qué voz es para determinada ópera. Porque obviamente no se puede cantar de todo. Por ejemplo, en mis inicios yo era un tenor lírico, casi spinto y con los años evolucioné para pasar a ser un tenor más dramático." "Trabajaremos en la academia de Cecilia, juntos, pero de manera paralela. Las clases de canto serán técnica vocal, linea de canto, estilo La idea es que los alumnos empiecen a conocer las categorías vocales de acuerdo a su cuerda, color de su voz, su timbre. Para que no se vayan por otro lado, porque hay muchos que se confunden. Considerar que además hay muchos chantas que aparecen en el camino y que recomiendan roles que no son para determinada voz." ¡Muchas gracias por tu tiempo! ¿Te gustaría agregar algo? "Me gustaría decir que en Chile se debería valorar mucho más la ópera. En una ciudad grande como Santiago, tener sólo un teatro que funciona con una temporada de ópera, es la nada misma. Sin ir muy lejos, en Montevideo, una ciudad más chica que Santiago, hay dos teatros: los Teatros Solís y Sodre. Temporadas totalmente definidas y con gran respuesta del público. Me gustaría que eso pasara en Chile algún día."

"En los jóvenes chilenos hay talento, lo que falta es estudiar y tener lugares donde cantar y hacer las primeras armas."

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